Existen
cantaores y tocaores que se pasan toda la vida buscando el flamenco, sumergidos
y sumidos en el desdén o cruzada de hallar su propia evolución musical bajo la
bandera de la fusión o flamenco moderno. Bandera pirata, habría que añadir,
pues se apuntan al barco que mejor se arrime y terminan perdidos precisamente
en una búsqueda sin fin. Conste que estos buscadores perdidos o perdidos
buscados, me parecen románticamente interesantes, pues atesoran ciertos valores
intrépidos que no dudan en sobrepasar las lindes, las cuales a menudo los
llevan al caos y la pantomima y otras más escasas al acierto y la originalidad.
Pero no nos demos coba, o al menos nunca me la he dado a mí mismo; siempre he
tenido querencia por esa extraña, mágica y misteriosa estirpe de cantaores y
tocaores dueños o poseedores del secreto del cante en sus entrañas. Es decir,
esos seres que fueron y nacieron tocados o encontrados por la pureza del cante,
y que desde luego supieron después enriquecerlo y expresarlo a través de su
solísimo duende. Ciertamente, en esta raza, Terremoto, Morao, La Paquera,
Fernanda, Chocolate, Agujetas… quizás no hallamos esa a veces vertiginosa
búsqueda o anhelo de querer buscar nuevos horizontes lejanos. La búsqueda
existe, pero es otra, pues se trata de la constante persecución de la
profundidad de sus sentires, esa que ni sabe ni quiere salirse de su verdad y
que araña y martillea en el mismísimo yunque y tronco de la pureza. ¡Y es la
búsqueda más difícil y a su vez más comprometida!, la de lidiar y no mentir,
sino burlar al toro del tiempo a costa de cruzarse al pitón contrario y echarle
la pata alante dándole el pecho, como haría el torero de Jerez.
Y
con ello vengo a manifestar que, sin duda, existe una búsqueda, arriesgada y
emocionante, hacia el secreto de uno mismo, como pozo sin fondo, donde el agua
es limpia a pesar de ser oscura, y cuya sabiduría, aunque jamás nos sacia, nos
va quitando la sed a base de sorbos únicos y arrebatadores. El agua del pozo de
la verdad, alejado del mar de confusión de la mentira.
Publicado en Viva Jerez el viernes 5 de junio de 2015