“No
es un hombre más que otro si no hace más que otro”, fue la cita que del
Quijote de Cervantes rescató el ahora Rey Felipe VI. Vuelve a ser nuestro
Quijote y nuestro Miguel de Cervantes esa triste y valerosa figura que con más
corazón que músculo alza su lanza para apelar a la unión y a la fe ante los
demonios y molinos que alberga nuestra España.
Y
es que la arenga del nuevo rey fue un cuidadoso tratado social, político y
cultural, sí, pero no exenta de sentimiento y romanticismo. Hace falta esa
cierta dosis de romanticismo para no decaer ante las no pocas miradas
contrapuestas que lucían esos molinos separatistas que gritaban con sus
silencios la apología de la no unión. Pero, claro está, que todo Quijote
precisa de sus molinos y sus demonios, ¡como del propio Sancho!, fiel compañero
de burlas y penurias, para atajar los agridulces avatares. Y como sabido es que
un rey, hoy por hoy, no manda nada, vuelve a ser la palabra ese arma moral que
se empuña con la fuerza de la voz y que se arroja ante la injusticia y la
hipocresía. Y es que donde no hay palabra ni diálogo no hay nada, salvo un
enjambre de triquiñuelas arañas que tejen en su silencio sus malas artes.
La
palabra en voz de Felipe VI ha sido un halo de frescura y esperanza,
custodiando la fiel historia y apelando una y otra vez por la cordialidad entre
los mundos y sus gentes. No quiso olvidar los problemas que acucian en nuestra
sociedad, donde sobre todo la falta de trabajo no deja vivir dignamente a
tantísimas familias, y tampoco olvidó el terrorismo y su locura. Cabe esperar
que esas palabras tan quijotescas y tan cervantinas no caigan en el saco roto
de esos políticos obtusos, quienes como molinos sólo piensan en sus propios
intereses. Pero tristemente sé que así será. Jamás habrá unión entre los
políticos españoles. Hay demasiados paraísos fiscales que ensucian sus oídos y
la honestidad es un don harto olvidado. Me quedo, más allá de monárquicos y
republicanos, con la palabra de nuestro Cervantes y su escrito universal, con
su tragedia, con su honor y con su eterno Quijote, primer y, si acaso, último
español universal.
Publicado en Viva Jerez en 20 de junio de 2014