Pienso
sin lugar a duda, que es la literatura taurina la gran desconocida del ámbito
cultural literario, la gran denostada y también la gran condenada. Todo ello,
por otro lado, le da un cierto halo de lectura prohibida y esotérica que la envuelve
en lo cautivador. Y es que tanto detractor antitaurino, enjambre de la ignorancia
y osadía, no hace sino engrandecer a este tipo de literatura, pecaminosa
inclusive, llena de matices efímeros, inconcluyentes y abstractos que se
transmutan por el puente de lo mágico en arte universal. Abrir un libro taurino
es abrir un sentimiento prohibido, es adentrarse en el laberinto donde lo
amoral queda asumido por ese estado de creación trágica y dramática que sólo el
toreo es capaz de transmitir. Cabe decir que el toreo, por su intrínseca
muestra de creación, peligrosidad y de mortal verdad creativa, supera a las
demás expresiones, tales como la pintura, la escultura o la misma literatura,
precisamente porque sólo en el toreo se hiere y se muere. Hablamos, pues, de su
verdad, auténtico paradigma de eternidad, pues donde hay mentira sólo hay
olvido. Y el toreo, a pesar de suceder en un abrir y cerrar de ojos, no se
olvida, y más allá lo escriben, para seguir viéndolo en las letras, como si
éstas toreasen entre versos y metáforas imposibles envueltos en la ampulosa
leyenda. El toreo es seducción, y a esa seducción sucumbieron escritores tales
como Bergamín, Gerardo Diego, Cossío, Alberti, Lorca, Miguel Hernández, hasta
llegar a nuestros días con Benítez Reyes, Vargas Llosa… y un sinfín de nombres
universales de las letras, que vieron luz en la oscuridad de la tauromaquia.
Por todo ello y por lo del más allá, humildemente me siento dichoso de ser
pecaminoso, de ser amoral a ojos de los que para mí son inmorales, de ser
combativo contra la injusticia castrista y de romper las lanzas de toda
dictadura amante de la prohibición. Por eso escribo de toros y de toreros,
porque en rebeldía encuentro la verdad del arte ante tanta mentira e hipocresía,
y porque todo buen libro taurino… está y se queda solo en los medios, como solo
el torero ante el toro.
Publicado en Viva Jerez el viernes 17 de octubre de 2014