miércoles, 2 de julio de 2014

La Monumental De Barcelona





Cuando mis pies pisaron hace ya algunos años lo que era la plaza de toros de las Arenas de Barcelona ya tornada en espectacular centro comercial, no pude sino sentir un terrible sentimiento de amargura bañada con aires de repulsiones ante aquella realidad funesta. Y es que, para mí, los cosos taurinos son algo así como tierra sagrada, desde luego no prometida, pero sí regada con esa arena o albero donde se funde y se confunde la realidad y el sueño de una creación que en ocasiones tiene mucho que ver con lo espiritual. No importa que hoy por hoy no queden toreros con espíritu, lo cierto es que haberlos los hubo y dejaron para siempre ese aire eterno de la bellísima tragedia artística.

Me vienen estas cuestiones a la cabeza al comprobar que aquellas meras especulaciones hace un tiempo sobre si la Monumental plaza de toros de Barcelona sería o no mezquita van tomando real forma. Al parecer el emir de Qatar ha planificado una titánica obra para convertir esta histórica plaza de toros en una gigantesca mezquita, la tercera más grande del mundo, con capacidad para 40000 personas para una sala de oración y así mismo albergar restaurantes musulmanes y centros de estudios del Corán. Las cifras que se barajan para tal fin son astronómicas,  aunque cierto es que el propio alcalde barcelonés y el propio empresario de la plaza han manifestado desconocer tal proyecto hasta la fecha.

Inagurada en 1914 con el nombre de "Sport" y reinaugurada en 1916 con el nombre de "La Monumental", esta preciosa criatura de estilo neo mudéjar y bizantino con capacidad para más de 19000 personas fue escenario callado de los sueños de Joselito el Gallo, auténtico impulsor de los cosos monumentales y quien participó en cartel de la presentación. Cabe decir que el prestigio conseguido por dicha plaza en la historia es sólo comparable y quizás superable por cosos tales como Las Ventas y la Maestranza. Belmonte, Manolete, Domingo Ortega, Chamaco y hasta llegar a José Tomás son sólo algunos de los toreros ídolos de la afición catalana que sobre todo en los años 50 y 60 hicieron de este coso centro neurálgico del toreo. No se explica cómo ni por qué hemos llegado a tener que ver cómo estas plazas de toros se han visto víctimas de las empresas tan mal llevadas por los vástagos de aquellos grandes impulsores como fue Don Pedro Balañá y las políticas tan mal avenidas en las últimas décadas seducidas por la hipocresía más antidemocrática, esos que hablan y aclaman la palabra "Democracia" y se jartan de "Prohibir". Qué mal hemos heredado la cultura de nuestros mayores... que patética realidad.


Publicado en Viva Jerez el viernes 27 de junio de 2014

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