viernes, 14 de noviembre de 2014

La Búsqueda de Paco de Lucía



Se ha estrenado “Paco de Lucía: La Búsqueda”, documental sobre la vida y avatares del guitarrista algecireño realizado por su propio hijo, Curro Sánchez. Ciertamente ya sólo el título me parece no sólo sugerente, sino acertadísimo, pues tras ver la cinta terminas deduciendo lo que de por sí intuías… un creador que busca en el pozo de sus sentimientos la imposible satisfacción que le colme. Paco de Lucía era un gran inconformista, un trabajador nato y, a su vez, un gran atormentado. Cabe decirlo, suelen ser los grandes artistas de la historia los grandes atormentados, pues su propia genialidad termina martirizando al propio genio. Así mismo, podemos deducir que los artistas no geniales son mucho más felices que los geniales. Es precisamente esa fusión, tan divina como diabólica, la que hace que broten esos halos de luz creativa capaz de iluminar y fascinar al mundo. En el documental, el propio Paco lo declara: “a mí me gusta reírme y el cachondeo más que a nadie, pero cuando todo el mundo empezó a llamarme maestro fue terrible, y me volví un hombre amargado, porque esperaban mucho de mí”.

Pero es quizás su relación con el gran Sabicas lo que más me ha llamado la atención de este documental. La primera vez que en Nueva York escuchó Sabicas a Paco le dijo: “Está muy bien, pero debes crear y tocar tu propia música”, refiriéndose el gran Sabicas a que lo que hacía Paco era emular el toque del Niño Ricardo. Paco quedó impactado y en cierta manera traumatizado por el comentario del gran maestro. Sin lugar a dudas, Sabicas le estaba enseñando el camino a la gran piedra filosofal. Y es que Sabicas bien sabía que es la personalidad propia la que define y distingue a los grandes de los grandes imitadores. Sólo a partir de ahí, Paco de Lucía empieza a ser Paco de Lucía. Interesantísimo también resulta ver a Sabicas en una entrevista criticar a Paco de Lucía, cuando mucho más tarde y llenando teatros, el gran Sabicas sentía hasta vergüenza al ver y oír a Paco hacer música que nada tenía que ver con el flamenco, llegando a manifestar que le entraban ganas de levantarse e irse. A pesar de ello, declara Sabicas que su sucesor era Paco. Yo, al menos, nunca jamás he considerado a Paco de Lucía artista flamenco. Su toque, de hecho, jamás me emocionó por su pellizco flamenquísimo o gitanísimo como sí lo hizo Moraíto. Su emoción más bien radicaba en su elevación sobre el flamenco en aras de una música universal.

Buen documental. Algo frío también. Falto de arrebato emocional, pero que acerca a su lado más humano, al hombre que disfrutaba de su familia, de sus amigos y que reía, lloraba y sufría con una guitarra en sus manos.

Publicado en Viva Jerez el viernes 7 de noviembre de 2014

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